Con el frío que sacude Cantabria desde hace un par de semanas, la gripe y los resfriados colapsan hospitales y activan todas las alarmas en la región. También en la Universidad Europea del Atlántico se ha notado la incidencia y son muchos los profesores y alumnos que caminan por lo pasillos acatarrados. La delegada de tercer curso del grado en Nutrición Humana y Dietética, Carolina de San Pablo, explica en este artículo algunas rutinas recomendables para prevenir el contagio.
La clave es «mantener fuerte el sistema inmunológico» y para lograrlo, dice, se recomienda practicar ejercicio físico con regularidad, reducir el estrés y consumir alimentos que contengan vitaminas antioxidantes, como la A,C y E. La primera se puede encontrar en alimentos como la zanahoria, el brócoli, el pimiento, la acelga, la espinaca, la naranja, la mandarina o el mango, entre otras frutas y verduras.
Esta vitamina ayuda a la creación de glóbulos blancos, que destruyen los virus invasores o bacterias y protege ojos, intestinos, vías urinarias y vías respiratorias. La C se encuentra en naranjas, piñas, manzanas, tomates o espinacas. Estimula la producción y la función de los neutrófilos, que son un tipo de glóbulo blanco que destruye las bacterias; protege las células sanas inmunes y es necesaria para la construcción de colágeno nuevo para los tendones y los vasos sanguíneos.
En alimentos tales como aceites vegetales, huevos, nueces, vegetales de hoja verde y cereales integrales se encuentra la vitamina E que participa también en la regulación de la función del sistema inmunológico.
Si bien la alumna Carolina de San Pablo apunta, además, que otros productos naturales como la miel, la jalea real, los propóleos o la echinacea pueden ayudar a que el sistema inmunitario sea más fuerte, desde la dirección del grado en Nutrición Humana y Dietética insisten en recordar que no existen evidencias científicas que prueben tales efectos.