Estudiantes se convierten en nuevos surfistas en la playa de Somo

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Estudiantes de la Universidad Europea del Atlántico se convierten en nuevos surfistas en la playa de Somo

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Alumnos de la Universidad Europea del Atlántico  se han convertido en nuevos surfistas tras efectuar su “bautismo de surf”, una actividad organizada recientemente merced al convenio de colaboración que el Servicio de Actividad Física y Deporte estableció con la Somo’s Beach Surf School.

Esta empresa que se dedica a impartir clases de surf y alquilar material para practicar este deporte esta regentada por Laro Ganzo, estudiante del grado en Ingeniería Informática en la Universidad Europea del Atlántico, en sociedad con otros dos amigos.

Dani y Pablo surf from Somo’s Beach Surf School on Vimeo.

El bautismo de surf fue una interesante actividad dirigida a la comunidad universitaria que tuvo una duración de dos horas e incluía las clases con un monitor de surf y el alquiler del material necesario para cabalgar las olas: el traje de neopreno y las tablas. Los participantes únicamente tuvieron que abonar el seguro obligatorio para llevar a cabo la actividad.

El surf es uno de los deportes de moda en Cantabria, ya que la comunidad autónoma dispone de numerosas playas ideales para su práctica gracias al óptimo oleaje. La historia de este deporte se remonta a tiempos remotos y las primeras noticias sobre el mismo fueron recogidas por miembros de la tripulación del capitán Cook en la isla de Hawai en 1767. El jefe tribal solía ser el más diestro en deslizarse sobre las olas y disponía de la mejor tabla, fabricada con la madera del mejor árbol. A la clase noble, además, se les reservaba las mejores playas, en las que las clases más bajas tenían prohibido surfear, aunque podían ganar prestigio surfeando en tablas muy pesadas.

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Tablas para los nuevos surfistas

James King, quien quedó al mando de la expedición británica tras la muerte del capitán Cook a manos indígenas, escribió en su diario de a bordo: «Uno de sus entretenimientos más comunes lo realizan en el agua, cuando el mar está crecido, y las olas rompen en la costa. Los hombres, de entre 20 y 30 años, se dirigen mar adentro sorteando las olas; se colocan tumbados sobre una plancha ovalada aproximadamente de su misma altura y ancho, mantienen sus piernas unidas en lo alto y usan sus brazos para guiar la plancha. Esperan un tiempo hasta que llegan las olas más grandes, entonces todos a la vez reman con sus brazos para permanecer en lo alto de la ola, y esta los impulsa con una velocidad impresionante”.